jueves, 17 de diciembre de 2009

TODO VA MAL, Alícia Folgarona, 2 BAT A

Hoy parece que me he levantado del revés, como un calcetín obstinado. Cuando me he despertado todo han sido prisas, pues al despertador —¡vaya con los antojos del chiquillo!— no le ha apetecido sonar y hacer su trabajo. Pese a haber dormido más de la cuenta, he pasado sueño durante casi toda la mañana, seguramente fruto de la ausencia de cafeína: las prisas tampoco me han dejado tomarme mi café matutino, ni siquiera una tostada o un pedazo de pan reseco —con o sin aceite de oliva. Así que he pasado hambre y sueño durante las dos primeras horas de clase, esperando con ansias el descanso. Luego me he dado cuenta de que me había olvidado el almuerzo en la mesa de la cocina.

Al mediodía he llegado a casa con un humor de perros. Mientras buscaba las llaves me he tropezado dos veces, y casi he caído por las escaleras; una vez he entrado al piso, y después de arrastrarme lastimosamente por el pasillo a oscuras —¡qué pereza, encender el interruptor!— casi (por no afirmarlo rotundamente) me he dado de morros contra la puerta de mi dormitorio (había olvidado abrirla).

Y, si pensabais que a partir de aquí no podía irme peor, os equivocabais, pues mi día no ha mejorado. Una vez he salido del baño, después de pararme como podía la hemorragia de la nariz, casi he tenido que evaporar por arte de magia la comida por falta de tiempo. Al final, se me ha caído el yogur y se ha roto, ensuciándome los pantalones. De camino a mi dormitorio (de nuevo) para cambiarme de ropa (los pantalones estaban horrendos), me he tropezado con el gato (negro, por cierto) y me he caído de bruces (de modo que me ha vuelto a sangrar la nariz).

Cuando he recuperado la conciencia, ya eran casi las seis de la tarde, así que no valía la pena intentar llegar al instituto con un retraso de dos horas y cincuenta y tres minutos (sobretodo teniendo en cuenta que las clases de la tarde duraban dos horas). Me he levantado, le he tirado la mochila al gato (¡miaow!) y he ido a la sala de estar. Me he echado en el sofá, pero no he encendido la televisión.

1 comentario:

  1. Hasta ahora sólo había provado de escribir (en la mayoria de casos) en castellano, lo he provado en catalán, haber que tal te suena. De momento lo he subido a mi blog.

    Records Ana!


    -Cara o creu -va preguntar-
    -Què? -de fet, havia sentit perfectament la pregunta, n’estic convençuda-
    -Cara o creu?
    -ella va somriure’m, sense donar-hi massa importància. Amb el temps s’havia acostumat a aquesta mena de preguntes que a voltes podien semblar del tot insòlites, però que per descomptat dins nostre tenien un ordre i, a molt escurar, fins i tot un sentit.
    - Doncs no ho sé; va, cara.

    ...i va llençar la moneda així, sense més, sabent que a ella havia amarrat el seu avenir feia gairebé un any.
    Va sonar com un brindis l’enlairament d’aquella merda de moneda. Els seus ulls van seguir-la, de baix a dalt i del dalt a baix amb una trajectòria perfecte i sense entrebancs. Gens acord amb tot el que havia viscut fins ara.
    Encara sense parpellejar, va abraçar la moneda amb tendresa. El palmell d’aquelles mans petites va cloure’s.. Després ja no. Va obrir el puny.

    -Creu.
    La sentència ja havia estat signada, sense possibilitat a ser revocada (un altre cop). Havia decidit que el fet de que una ingènua moneda ho hagués determinat ho faria menys dolorós (cosa del tot improbable)
    Així és l'atzar.

    ResponderEliminar